No quiero pensar. No quiero pensar en cómo deje a alguien porque no me pasaba nada. Y como con el que si me pasaba, no le pasaba nada. Karma, sos una hija de puta. Yo tomo tanto que mi lengua se hace azul, mi cuerpo está frio porque hace mucho que no me tocan. No se va a dar cuenta de que existo pero lo beso. De última, le hecho la culpa al vino.
Mis ojos; cerrados. No porque sea parte del ritual que compone el beso sino porque me quede dormida pensando en sus labios. Antes de empezar a tomar, había arrancado una hoja que tenía cara de mi ex. Sigo tomando, me empiezo a sentir mareada. Las pupilas se dilatan en frente del espejo. Me río pero me reprimendo cuando me doy cuenta que es una risa obsena, llena de licores y boludeces de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario